ACTUALIDAD INFORMATIVA DE PIMEM

Información actualizada de interés

Guillermo Llofriu, formador: “Tener una tienda física no implica no poder vender por Internet”

El próximo jueves inicias la formación  en PIMEM y empiezas con “La empresa de proximidad en entornos digitales”. ¿Qué se encontrarán los alumnos en esta primera toma de contacto?

Como bien dices, es una primera toma de contacto, no solo entre nosotros y ellos, sino entre lo que muchos tenemos en mente y una nueva forma de ver, percibir y enfocar las cosas. En este primer encuentro, quiero ofrecer una visión desde la persona y la empresa sobre el por qué hay brecha en muchas cosas, por ejemplo, entre tener una tienda física y no tener una digital o por qué puede considerarse a Internet como un «enemigo» del negocio tradicional. Este 2021 viene cargado de cambios de paradigma y hay que afrontarlo y enfrentarlo.

El segundo curso será el 25 de febrero sobre “La visibilidad de la marca como foco de compromiso”. ¿Qué conocimientos compartirás en esta segunda clase?

En genérico, la importancia que tiene la identidad de marca en todo lo que hacemos como profesionales y empresas. Muchas PIMEs y micro PYME no tienen al diseño entre una de sus prioridades, ni siquiera piensan en ello porque creen que deben centrarse solo en vender. Esta nueva era que acabamos de empezar es global y audiovisual, no podemos limitarnos a que nos vean en la esquina de una calle. Y hablaremos del compromiso visto desde la óptica importada del «engagement», es decir, el compromiso con el cliente para recibir, después, su compromiso y fidelidad. Hay muchos conceptos referente a esa relación que ni siquiera vemos porque seguimos inmersos en viejos estándares que ya no funcionan. Si el 97% de personas mayores de edad en nuestro país tienen smartphone, ¿cómo es posible que sigamos sin hacer nada o muy, muy poco relacionado con ello?

La pandemia ha acelerado el comercio electrónico, basta ver las cifras de ventas estas navidades. ¿Qué deben hacer las pymes ante está evolución tan rápida y a veces con pocos recursos?

En primer lugar, comprender bien por qué está pasando esto porque este «empuje» ha venido ahora por obligación pero, en verdad, lleva más 15 años penetrando con mucha fuerza. Y a partir de ahí, hay que abrir la mente, tal como suena, hay que dejar de ser rígido y estricto, hay que huir de creencias limitantes que nos llevan al pasado y empezar a participar del trabajo con las personas, las emociones, la comunicación e Internet como nuevos valores competitivos. Tener una tienda física no implica no poder vender por Internet ni que hacerlo suponga cerrar esa tienda a pie de calle. Al contrario, ahora tendrás 2 mercados diferentes con clientes diferentes. Internet solo suma pero hay que entender por qué pensamos que resta. Es un cambio de mentalidad irrenunciable si queremos seguir siendo competitivos.

¿Una buena web o una buena estrategia en redes? Si tuviera que escoger como primera inversión, ¿hacía donde te inclinarías?

Hace ya años que la tendencia clara, quitado de casos puntuales, es hacia el social media, es decir, redes sociales y cualquier otro canal potenciado de marca como puede ser el blog o el podcast. Y en este proceso evolutivo, la web se ha convertido en un «escaparate virtual», en ese lugar donde localizarte y en el primer abanderado de tus redes sociales. Si hablamos de inversión simulando que fuera una balanza, yo apostaría por reducir el coste de web y centrarme en el contenido exclusivo que quiera colocar y volcar esfuerzos económicos en el marketing de contenidos y el marketing emocional a través de herramientas que me permitan llegar al público. Lo que no debería contemplarse es no tener ninguna u optar, tan solo, una de las dos. Hay que pensar que cada impacto funcional en Internet es capaz de generar su propio mercado, lo que puede ampliar mucho las probabilidades de compra.

La formación permanente como la economía digital, ¿ha venido para quedarse? ¿Lejos nos van a caer aquellos tiempos de terminar de estudiar y ya nunca más?

En verdad, hace casi dos décadas y por no irnos más lejos, que la formación continua es irrenunciable para profesionales y es un valor estratégico en el desarrollo de las organizaciones. Sin embargo, y si se acude a datos de Fundae, por poner un ejemplo de acción que cada empresa tiene al empezar el año, vemos que, en 2018, tan solo el 30% de las PYMEs consumieron su crédito y, de él, tan solo utilizaron el 60%. Estos datos transparentan el «concepto» que la empresa de nuestro país tiene sobre la importancia de la capacitación. Y por otra parte, como comentas, los analfabetos de dentro de 10 años serán quienes no sean capaces de moverse en entornos digitales y, para ello, hay que estar en constante reciclaje. En pleno sigo XXI, es inconcebible encontrar valores de formación como los citados. O activamos muy en breve y con carácter de urgencia, un cambio de mentalidad y lo hacemos efectivo, o una parte importante de la fuerza motriz de la empresa para superar lo que nos viene de frente a partir de este 2021m, se perderá por las rendijas del desconocimiento, la ignorancia y ese «ego» que tanto daño nos hace. Son tiempos de ponernos firmes y dejar de aparentar. Esto ya va en serio.